martes, 3 de julio de 2012

Necesidad para todos


El enunciado Proyección de Imagen, en algunos países de nuestro marco geográfico latinoamericano, es relativamente nuevo o desconocido. Dando pie a interpretaciones  parciales o, a distorsiones bajo una lectura bastante superficial. Si bien, involucra al sujeto en su concepción de autoimagen o apariencia, también abarca la dimensión comunicacional y relacional de este. El alcance de la proyección de imagen se despliega desde lo individual, lo grupal, hasta lo organizacional.

En este sentido, se ha podido verificar que la estructura laboral ha venido transformándose en los últimos  tiempos. El esquema  piramidal se está flexibilizando relativamente en ciertas instancias, y se está dando mayor importancia a las estructuras horizontales. A partir de estos cambios, los códigos de tratos y de relaciones son más abiertos pero más complejos, sutiles y exigentes. Estos aspectos demandan un perfil integral del empleado, en donde todo cuenta, desde la más sólida formación, la proyección de una excelente imagen personal, profesional, la asertividad comunicacional, el manejo de buenas relaciones sociales (a todo nivel) y saber ejercer la representatividad institucional. Obtener una buena posición en el mundo laboral público o privado, conservarlo y ascender en él, depende así, de cualidades internas y externas.

De igual manera, cuando es detectada la necesidad de una mejora de proyección de imagen para organizaciones, gremios, colegiaturas profesionales o sociedades de algún tipo, todos los que trabajan frente al público o que tienen una actuación pública, con fines de lucro o sin él, deberían acercarse a este tipo servicio. Ya Abraham Maslow, identificó estas necesidades en los años 50, y Alan Chapman, presentó la actualización de sus postulados en los 90. Explicaban, que lograr un nivel de éxito sostenido en las organizaciones o empresas, se debía en gran parte, a reconocer primero las necesidades y motivaciones personales de sus empleados y a impulsar su autosuperación, previamente a la alineación con los intereses de la empresa.




Estos aspectos, de índole motivacional, afectan directamente el equilibrio humano y su capacidad productiva, y por ende, el éxito de las organizaciones, por lo que deberían ser contempladas en las políticas directivas y a nivel de todas las gerencias de recursos humanos. En la actualidad, se sabe que estos factores son cruciales en el grado de compromiso y lealtad de los trabajadores, y en la posterior alineación de la misión, visión, valores y cultura. Así, nunca está demás, y siempre recomendamos, hacer un ejercicio reflexivo y considerar un diagnóstico sobre la actuación humana y las motivaciones del personal, ya que a veces, se requiere de una revitalización o actualización que impulse aún más la energía del motor productivo.